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miércoles, 24 de marzo de 2010

El 24 de marzo de 1976 fue un día negro
en la historia institucional de la Argentina.


En San Francisco gobernaba el justicialismo tras haber triunfado en las elecciones de 1973 Mariano J. Planells. A fuerza de pistolas y ametralladoras, el 24 de marzo a las 8 de la mañana, Planells y su gobierno fueron desalojados del Palacio Tampieri por el Teniente Coronel Mansilla.

Los funcionarios municipales salieron por la puerta grande del Palacio.
 

Fernando Planells publicó en su muro de Facebook un impresionante documento de ese momento histórico que nosotros reproducimos con el texto que lo acompaña.


“24 de Marzo de 1976, 9.30 de la mañana: Mariano Juan Planells, Intendente de San Francisco, deja el Palacio Municipal después del golpe militar. Lo acompañan, en su comitiva, Víctor Almada (UOM), Gerardo Ingaramo (Sec. Gral CGT), Sebastián Mascaro (UOM), Luis Llaryora (bancarios), Miguel Mario Planells (Secretario General de Gobierno), Miguel Angel López (Secretario del Concejo), Héctor Lescano (Secretario general de Molineros y Concejal), Alfredo Comba (concejal), Dr. Roberto Biazzi (Pte del Concejo) y escribano Gustavo Lescano (Pte del Tribunal de Cuentas), entre otros integrantes de su Gobierno. Eran las autoridades locales del FREJULI (Frente Justicialista de Liberación), elegidos democráticamente el 11 de marzo de 1973.


La manzana del Palacio estaba rodeada de militares armados y carros de asalto.


Al salir, el Intendente Mariano Juan Planells, gritó: "Yo no me voy de San Francisco, me voy a mi domicilio. Todo se lo dí a mi ciudad, a mi pueblo. ¡Viva la Patria!, ¡Viva el General Perón! En ese momento, las ametralladoras, que ya ocupaban el palacio, apuntaron a los funcionarios, que finalmente dejaron la Municipalidad.


San Francisco también tiene MEMORIA. FUENTE: MI ABUELO, MARIANO JUAN PLANELLS (INTENDENTE DE SAN FRANCISCO, 1973-1976)”

lunes, 22 de marzo de 2010

Murió Doña Felipa, la curandera que hizo leyenda


El llanto y los abrazos se cruzaban ayer en Neumotisiología del Hospital Marcial Quiroga. Había muerto Doña Felipa Rojas, la sanadora de Tudcum, Iglesia, que observaba la orina de la gente y usaba yuyos para curar.
A los 104 años de edad había dado señales de que sabía que no iba a salir de su problema respiratorio que la tenía internada desde hacía 22 días. Ella, cuando tenía salud, recibía a decenas de personas diariamente que tenían fe en su don. Como mujer de campo toda su vida crió gallinas y otros animales, plantó huertas y llenó de jardines su casa. Y además de sus 10 hijos crió a 7 más que la gente le entregó.
Justo para su cumpleaños, el 14 de febrero (Día de los Enamorados), se descompuso como en otras ocasiones del pecho, aunque ya acarreaba problemas renales y de huesos. Desde ese momento quedó internada. Todo el tiempo la mujer quería volver a Tudcum, decía que se iba a mejorar si volvía, comentaban sus familiares. Pero estaba grave, los médicos no aconsejaban que se fuera.
En su último cumpleaños su documento decía que llegaba a 96. Pero ella recordaba que tenía 8 cuando la anotaron.
Desde hace un año atrás, Felipa ingresó tres veces al hospital por problemas respiratorios y de la tercera sabía que no iba a salir. Y falleció ayer, para el Día de la Mujer. "Ella me agarró la mano y con la otra se señaló. Luego hizo con el dedo índice el gesto que significa no, sabía que le quedaban pocos minutos de vida ayer a la mañana", comentaba Juan, su hijo mayor, que tiene 80 años.
"Me dijo que cuidara a mi hermana y que les dijera a los demás que estaba bien", decía Margarita, una de sus dos hijas que vivía con ella en Tudcum. Además Felipa decía que muchos niños la iban a visitar y sus hijos y nietos creen que eran ángeles porque no la visitaban chicos en el hospital. "Se le fueron los ojitos para atrás y dejó de respirar, murió en mis brazos", comentaba José, otro de sus hijos. La mujer murió a las 10:15 de una insuficiencia cardiaca sumada a una bronconeumonía que padecía desde hace tiempo.
La "médica de la alfalfa", tal como se llamaba popularmente, por su condición de sanadora y porque el lugar donde vivía se caracteriza por las plantaciones de ese pasto, tenía un don que no heredó ninguno de sus 10 hijos propios, ni los 7 que crió. "Eso no se aprende, con eso se nace", decía Rosa, una de sus nietas.
Con su don ayudó a mucha gente: "a algunos los llevaban en camilla hasta la casa después venían caminando a agradecerle a la mami", comentaba Juan. El hombre agregó que las personas a las que los doctores ya no les daban esperanzas iban a ver a su madre e iban recomendadas por los propios profesionales. "Es más, muchos médicos iban a verla para tratar de sobrepasar alguna enfermedad", afirmó el hombre. Pero además de sanar, hizo algunas veces de partera. En Jáchal cuando ella era joven, le ayudó en el parto a una amiga, recordaban sus hijos.
A tanta gente sanó que en el hospital Marcial Quiroga, a la hora de visita, aparecían unas 10 personas por día que le agradecían lo hecho por ellas y le deseaban pronta recuperación, según Juan.
Por otra parte, Felipa adoraba a los niños. Incluso en sus últimos días quería que le llevaran a sus bisnietos a la cama para poder cuidarlos. Ese amor la llevó a criar a 7 niños que la gente le entregó porque no los podía mantener. "A ella le gustaba criar chicos y no hacía distinción si eran propios o ajenos", afirmaba Juan.
Otra pasión que tenía era tener animales y cultivar la tierra. "Ella tenía gallinas y chivos y también una huertita con tomates, cebollas y otras verduras. Además regaba mucho sus jardines, tenía uno para la capilla de la virgencita que hizo en la casa y otro para sacar flores para los muertitos", aseguraba Jorge, otro de sus hijos.
Doña Felipa nunca en su vida había estudiado, pero era notable cómo describía la ubicación de los órganos del cuerpo y sus características cuando alguien la consultaba, dicen sus hijos.
Ayer, hasta el mismo gobernador José Luis Gioja se conmovió cuando trascendió la noticia del fallecimiento: "Una pena, la quería mucho. La he visitado muchísimas veces y he ido, siendo o no gobernador, a su casa a tomar mate, yo iba mucho a Tudcum".
El velorio de Doña Felipa estaba planeado para anoche en su casa de Tudcum, Iglesia. Y hoy va a ser enterrada en el cementerio de ese distrito donde están sus padres y otros parientes.
Método: la visión en la orina
La gente que padecía alguna enfermedad tenía que llevar la primera orina de la mañana hecha en ayunas. Siempre había cola de personas, iban más de 50 diariamente a hacerse atender. Por eso debían ir temprano.
Con la luz de la mañana y también de la siesta, si es que a esas horas todavía quedaba gente sin atender, Doña Felipa trabajaba. Se concentraba y mirando el líquido contra el sol, le llegaban a su cabeza visiones de lo que padecía esa persona.
"A ella se le venía todo a la mente y empezaba a decir lo que tenía la persona y con qué yuyos se le podía remediar su problema. Algunas veces la enfermedad no tenía solución y ella era muy sincera, les decía lo que les iba a pasar o cómo tenían que cuidarse para alargar la vida", decía Bety, una de sus nueras. Lo importante también era que les comentaba la causa de sus problemas de salud a los que atendía y muchos se sanaron gracias a eso.
La gente tenía que tomarse el té de los yuyos. Debía hervir las hierbas, esperar que enfriara y luego tomarse el agua. Y después volver si Felipa lo determinaba necesario. La mujer sanadora curó a cientos de personas y no cobraba, sólo recibía una donación que era a simple voluntad.
La "médica de la alfalfa" siempre fue muy creyente de Dios y de la Virgen, hasta tenía una capilla en su propia casa, y decía que ellos le decían qué tenía la gente y qué necesitaba para curarse. Ella rezaba diariamente y agradecía tener el poder que poseía para ayudar a las personas.
Maradona y Kempes, entre los pacientes
Si bien los hijos de la "médica de la alfalfa" afirman que su madre era muy reservada respecto a las personas que atendía y las enfermedades que tenían, dicen que recuerdan que Diego Maradona una vez la visitó para que le sanara un dolor que tenía en la espalda que no se le iba desde hacía mucho tiempo.
También recuerdan que Mario Alberto Kempes, campeón en el mundial de fútbol de 1978 con la selección Argentina, se trató la rodilla con Felipa y se curó. Los hijos dicen que ambos jugadores le hicieron un donativo de dinero y además después le enviaron revistas y fotos.
Además, la visitaba mucha gente de países como Corea, Estados Unidos y España, comentan.

                                                                                          Fuente:Diario de Cuyo y DERF

martes, 16 de marzo de 2010

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domingo, 10 de enero de 2010

El amor es más fuerte que el sexo

¿No será demasiada explicación para lo que es el amor?.

El sexo y el amor pueden ocurrir juntos, pero no son la misma cosa, y el amor es la experiencia más poderosa y duradera del ser humano, según un estudio de la Universidad estatal de Nueva York.

En la investigación participaron 17 estudiantes de ambos sexos que observaron una foto de la persona amada mientras una máquina de resonancia magnética escaneaba su cerebro.

El enamoramiento sume a quien lo experimenta en algo que parece una enfermedad mental –mezcla de manía, demencia y obsesión– que aparta a la gente de sus amigos y de su familia, y produce un comportamiento extraño (llamadas telefónicas compulsivas, serenatas desde el tejado), que podría ser confundido con una psicosis.

Ahora los científicos han producido imágenes cerebrales de esta actividad antes de que se asiente en la etapa del romance de vino y rosas o en la rutina del compromiso de larga data.

En un análisis de las imágenes publicado en la revista The Journal of Neurophysiology, investigadoras e investigadores de Nueva York y Nueva Jersey argumentan que el amor romántico es un impulso biológico distinto de la excitación sexual.

Es más: según los investigadores, el amor romántico está más próximo a impulsos como el hambre, la sed o la adicción a las drogas que a estados emocionales como la excitación o el afecto. La investigación ayuda a explicar por qué el amor produce esas emociones disparatadas que van de la euforia a la rabia y la ansiedad y por qué parece hacerse incluso más intenso cuando se termina.

“Cuando alguien está en las garras de este amor romántico es irracional, va al gimnasio a las seis de la mañana... ¿Por qué? Porque él o ella está ahí”, dijo la doctora Fisher, antropóloga de la Universidad Rutgers y coautora del análisis. “Y cuando uno es rechazado, puede contemplar la posibilidad de acosar a su amada, tanto como el homicidio o aun el suicidio. Esta compulsión hacia el amor romántico puede ser más fuerte todavía que las propias ansias de vivir.”

La tecnología de imágenes cerebrales no puede leer la mente, advierten los especialistas, y un fenómeno tan complejo y socialmente determinado como el amor trasciende gráficos de computadora como los producidos por la técnica utilizada en el estudio, llamada resonancia magnética funcional.

Sin embargo, según el doctor Hans Breiter, director de la Colaboración en Neurociencias de Motivación y Emoción del Massachusetts General Hospital, “este estudio realmente mueve el tablero en términos de entender la emoción romántica”.

Recompensa y aversión

“Los hallazgos concuerdan con un cuerpo creciente de literatura científica que describe un sistema de recompensa y aversión, y ponen esta construcción intelectual del amor sobre el mismo eje de recompensas como el alimento, el calor o la adicción a las drogas”, afirmó.

En el estudio, las doctoras Fisher y Lucy Brown, del Albert Einstein College of Medicine, del Bronx, y el doctor Arthur Aron, psicólogo de la Universidad Estatal de Nueva York, en Stony Brook, condujeron a un equipo que analizó alrededor de 2500 imágenes pertenecientes a 17 estudiantes universitarios de ambos sexos que se habían enamorado hacía semanas o unos meses.

Los estudiantes observaron una foto de la persona amada mientras una máquina de resonancia magnética escaneaba su cerebro. Luego, los investigadores compararon las imágenes con otras tomadas mientras los estudiantes miraban la foto de alguien conocido. La tecnología de resonancia magnética funcional detecta incrementos o descensos del flujo de sangre en el cerebro que reflejan cambios en la actividad neurológica.

Los investigadores observaron que la región del cerebro vinculada con la pasión está en el lado opuesto del área que registra la atracción física, y pareció estar vinculada con el deseo y la inexplicable pulsión que la gente siente hacia una persona en particular entre otras que la atraen.

Esta distinción entre encontrar atractivo a alguien y desearlo, entre gustar y querer, “ocurre en una zona del cerebro de los mamíferos que se ocupa de funciones básicas, como comer, tomar, mover los ojos, todos en un nivel inconsciente, y no creo que nadie esperara que estuviera tan especializada”, dijo Brown.

La intoxicación de un nuevo amor se amortigua con el tiempo, por supuesto, y las imágenes reflejan evidencias del cambio, dijo Fisher.

En un estudio anterior, publicado en 2000, investigadores de la Universidad de Londres monitorearon la actividad cerebral de hombres y mujeres jóvenes que habían tenido una relación durante dos años. Las imágenes mostraban activación en muchas de las mismas zonas, pero significativamente menos en la región relacionada con el amor apasionado, explicó.

En el nuevo estudio, los investigadores también vieron diferencias individuales en su grupo basadas en el tiempo transcurrido desde el comienzo de la relación romántica. Comparados con los que se encontraban en las primeras semanas de su amor, aquellos que ya habían pasado más de un año mostraban significativamente mayor actividad en una zona del cerebro ligada con el compromiso de largo plazo.

Fenómeno frustración-atracción

En otro experimento, los científicos descubrieron que cuando una persona es rechazada, se activa la zona del cerebro vinculada con el amor apasionado. “Se trata de un fenómeno que llamo frustración-atracción”, dijo Fisher.

Una de las voluntarias del estudio fue la neoyorquina Susanna Katz, de 22 años, que desde hacía tres años había finalizado una relación con su novio. Katz dijo que se había vuelto hiperactiva para distraer su atención luego de la separación, pero que también sufría en ciertos momentos de un estado físico similar al de la abstinencia.

En otros estudios, investigadores hallaron que, entre otros procesos, un nuevo amor involucra la internalización psicológica de la figura del enamorado, absorbiendo elementos de las opiniones de la otra persona, sus expresiones, su carácter, así como también compartir los propios.

“La expansión del yo ocurre rápidamente –dijo el doctor Aron, co autor del estudio–. Es una de las experiencias más excitantes, y lejos de amenazar nuestra supervivencia, es una de las experiencias que más nos motivan.”

Para vivir todo esto de una sola vez, mientras uno está enamorado, se enreda con las emociones o áreas más profundas del cerebro. Inevitablemente, la actividad en esas áreas, se calma y los circuitos del cerebro relacionados con la pasión quedan intactos hasta que un nuevo amor se cruce por el camino, concluyen los investigadores.

domingo, 27 de diciembre de 2009

Cómo engañar a nuestro cerebro



Acá se mostrarán algunos trucos para engañar a nuestros sentidos y poder llegar a experimentar sensaciones que, habitualmente, se asocian con el uso de poderosas drogas como el LSD o la mescalina y de manera, sin duda, más recomendable.

A continuación se encuentra traducido aproximadamente cada uno de estos métodos para que nadie se quede sin la posibilidad de experimentar con su propio córtex cerebra:






El experimento Ganzfeld: este experimento consiste en la emisión de ruido blanco o estático por ejemplo con una radio mientras se tienen la mitad de una pelota de ping pong colocada encima de cada ojo. reclinado en un diván o cama. En pocos minutos se comienza a experimentar una extraña distorsión sensorial que a algunos sujetos le hacen ver caballos trotando entre las nubes y a otros escuchar la voz de parientes fallecidos.






El increible dolor menguante: El pasado mes, investigadores de la Universidad de Oxford, anunciaron el descubrimiento de un nuevo y poderoso analgésico: unos binoculares invertidos. Estos instigadores comprobaron que cuando una persona miraba su mano herida por el extremo contrario de los binoculares y verla más pequeña hacía que el dolor disminuyera de igual manera. Esto demuestra que sensaciones como el dolor son moduladas por lo que vemos.






La ilusión de la mano de goma: el primer paso sonsiste en ocultar nuestra propia mano en el interior de una caja o debajo de la mesa de manera que no podamos verla. Tras esto debemos situar sobre la mesa una mano falsa de tal forma que, desde nuestro punto de vista, parezca que es nuestra mano. Un compañero tocará a la vez nuestra mano y la falsa en el mismo punto. Tras unos minutos sentiremos que la mano falsa se ha convertido en nuestra mano real. Si nuestro compañero golpeara la mano falsa o la punzara sentiríamos un intenso dolor al estar nuestro cerebro convencido de que se trata de una extensión real de nuestro cuerpo.






Las luces de Purkinje: Jan Purkinje fué uno de los fundadores de la moderna neurociencia. Desde pequeño experimentaba con las luces que se formaban cuando cerraba los ojos y se colocaba en frente del sol moviendo su mano rápidamente tapando y descubriendo la luz sucesivamente. Después de pocos segundos aparecían lo que describía como “bellas formas” que cada vez se volvían más complicadas. Posteriormente se confeccionaron visores que simulaban estos destellos lumínicos que parecían cortocircuitar la corteza visual. Estas halucinaciones se producen por la necesidad constante de sentir la realidad por lo que el cerebro se se empeña en descifrar la cacofonía de impulsos sensoriales que se producen con los destellos.






La ilusión de Pinocho: requiere dos sillas colcadas una detrás de la otra y una venda. La persona que se sienta en la silla trasera se colocará la venda y tocará la nariz de otra persona sentada en la silla delantera. Al mismo tiempo colocará su otra mano en su propia nariz y comenzará a acariciar suavemente ambas narices. Tras aproximadamente un minuto más del 50% de los individuos sienten que su nariz es extremadamente larga.